Si algo estoy aprendiendo a apreciar más desde hace unos
meses, son las fotografías de retratos antiguas. Cada vez me resultan más
fascinantes observarlas, ver las poses, los objetos que aparecen, las
vestimentas, las miradas, etc. Pero sobre todo el saber la historia que
esconden sus protagonistas.
Todo este interés me despertó la fotografía que presento. Se
trata de un retrato en blanco y negro que encontré entre las fotos antiguas de
mi abuela, y data de marzo de 1935.
En ella, aparece un joven que era primo lejano de mi abuela,
y me llamó la atención que este particular retrato lo guardara ella. La
explicación que me dio, resultó ser las consecuencias de la Guerra Civil en
este hombre y su familia. Se trataba de
una mujer viuda y sus dos hijos, (el mayor era el de la fotografía). Con la
llegada de la Guerra Civil, el hijo pequeño quiso apuntarse a combatir, pero su
madre no se lo permitía. Por ello, el muchacho un día dijo que se iba a
trabajar y en verdad se fue a la guerra a escondidas. Al poco tiempo anunciaron
su muerte. Por otro lado, el hijo mayor, que era maestro, fue reclamado en un
periódico de la ciudad por saber escribir, para tomar apuntes de lo que iba
sucediendo allí a causa de la guerra. Un día mientras escribía dieron avisos de
ataque, pero por no dejar la tarea a medio no se refugió y le cayó una bomba
encima, por la que murió. La agonía que vivió la madre de no saber dónde estaba
su hijo menor durante ese periodo junto con la pena de las dos muertes de sus
hijos, hizo que la mujer finalmente se volviera loca y pasó a depender de los
cuidados de sus familiares más cercanos, entre ellos, la madre de mi abuela.
Así al morir la mujer, mi abuela consiguió esta foto.
El protagonista de la foto, como ya he dicho antes, es un
joven maestro, quien aparece de pie con las piernas algo flexionadas sobre un
caballito infantil. Sostiene en la mano derecha una pistola de juguete y la
mano izquierda la utiliza para sujetar la rienda del caballo. Está vestido con
traje y tiene un gesto en la cara alegre, como si algo le divirtiera. El
retrato está tomado por uno de los fotógrafos que acudían a su pueblo en
fiestas patronales.
Esta foto me gusta mucho por varias razones. Por una parte,
porque me parece muy especial la manera en la que aparece el retratado, de normal,
las fotografías que suelo ver de este tipo son de personas que están serias,
inmóviles, incluso a veces nerviosas o con cara de susto. En este ocurre todo
lo contrario, una persona con gesto divertido, lo que se acentúa aún más con el
hecho de que pose con objetos infantiles en esa época. Por otra parte, me ha
servido de medio para conocer historietas de la Guerra Civil, las cuales me
sorprendieron bastante y me transmitieron parte de la pena de ese periodo.
Es una historia conmovedora. ¡Cuánto sufrimiento trajo esa guerra civil! ¡Cuánto dolor el de esta mujer! La fotografía, después de leer tu relato, se mira de un modo muy distinto. Me alegro de que aprecies más las fotografías antiguas. Muy bien.
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