Esta fotografía, en cambio, emula algo totalmente distinto a lo que
ofrecía la de la estación de metro de Picanya. Cambiamos de registro,
curiosamente a un espacio interior iluminado con luz natural. La fotografía en
si también tuvo motivos distintos, fue una fotografía de viaje, en concreto de
un viaje a Granada. Tenemos la costumbre de documentarlo todo, tampoco estoy
bien segura de por qué hacemos tantas instantáneas si después las vemos nada
más llegar y ni siquiera las maquetamos en un álbum, al menos actualmente. El
caso es que no podemos evitar dejarlo todo patente en nuestras fotografías de
viaje, lo cual supone también, tener un amplio repertorio de las fotografías
del hotel. Estamos en ese caso, sólo que con más razón que nunca ya que el
hotel era realmente espectacular. El viaje a Granada fue en todos los aspectos
peculiar, y el hotel no iba a ser menos. Fue el primer viaje en pareja, y el
único que he tenido por ahora, lo cual influyó aún más en querer plasmar en una
fotografía cada detalle.
En la fotografía seleccionada podemos observar que la escalera se
compone por tres tonalidades de granito que conforman una alfombra. Es de
sección curva, lo cual queda potenciado también por esos cambios de color en el
pavimento. Hay dos focos de luz en la fotografía, sin embargo, uno lo podemos
intuir bastante bien y el otro es pura especulación. El que ilumina el primer plano, se encuentra
en la planta superior, y se trata de un gran ventanal idéntico al que se
vislumbra en el reflejo del suelo del último plano, también de sección curva.
En el hotel en general había un perfecto diálogo entre lo orgánico y lo
inorgánico; lo antiguo y lo nuevo. Ello se ve sutilmente en detalles como la
barandilla, visiblemente más obsoleta que el diseño y composición que el resto
de elementos que aparecen en la fotografía, o el paso de curvo a recto en la
alfombra de granito. La composición de la propia fotografía fue elegida de acuerdo
a esos parámetros, conseguir describir ese cambio de situación entre los cuatro
conceptos.
Cromáticamente me parece una instantánea muy interesante ya que incluso
predominando una paleta de colores bastante parca, y desde luego muy luminosa,
hay pequeños toques de color como pueden ser la alfombra en tonos rosados, o la
planta en tonos verdes.
En conclusión, he elegido estas dos fotografías tanto por criterios
sentimentales, ya que inevitablemente fomentan recuerdos, como por criterios
formales y comparativos entre ellas. De largas perspectivas y colores oscuros e
iluminación artificial, a perspectivas muy cercanas con colores claros e
iluminada naturalmente.
Sí, vuestras generaciones tienden a documentarlo todo. No es ni bueno ni malo, es otro modo de relacionarse con el día a día: a través de la imagen. En tu caso, además, te trae buenos recuerdos. Bien por tu imagen y, sobre todo, por tu comentario.
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