Ser. El primer verbo que nos
enseñan en inglés y, a las puertas de la muerte, el concepto que se nos escapa
todavía de las manos. La pregunta que se hace la humanidad desde hace milenios
y la duda que, penitentemente, arrastraremos. ¿Quiénes somos?
Álbum "Celebration" de Madonna |
Ser
implica situarse en la difusa y casi invisible línea entre la originalidad y la
copia. Contemplando el álbum “Celebration” de Madonna, se nos hace presente
nuestra eterna lucha interior: ese configurarse como persona que alterna las
influencias cercanas y a la vez, la rebelión ante la monotonía, el deseo
ardiente de sobresalir. En ningún momento la portada esconde la presencia de
Marilyn Monroe; pero no es su rostro el que vemos, es Madonna quién nos mira
sugerentemente. Ahí se rompe la copia.
¿Y
por qué imitar? Recorrer el camino que ha sido allanado previamente resulta
mucho más sencillo. Madonna se reviste de las características de Marylin: la
ambición, la fama o la seducción para que las acabemos asociando a ella.
Además, comercialmente, algo conocido siempre atrae más.
"Marilyn Monroe" de Andy Warhol |
Finalmente,
el CD apela a la inmortalidad. Marilyn pasó y también lo hará Madonna; mas un
instante de sus vidas, el que captó Warhol y el que quedó plasmado en la
carátula, perdurará en el tiempo. Hay quién le basta con ser para sí mismo, hay
quien es con los demás y para los demás. Lo que la inmortalidad en un ataque de
picardía se calló es que ni siquiera esos colores tan descarados que dan vida a
sus rostros pueden durar para siempre. Los segundos, silenciosamente, irán
arrebatando cada pincelada que un día fue puesta. Porque nada escapa de la
muerte ni de su apellido: olvido.
Muy interesante la relación y el comentario. Ha sido un placer leerla. Muy bien.
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